-Hola... -Dijo él, dudoso.
-Hola... -Contestó ella, de la misma manera.
La observó de pies a cabeza... Era una muchacha joven, una campera y unas medias a rayas aparentaban ser su único abrigo, estaba parada sobre algo que el no conocía. Sin embargo, lo que llamaba la atención de El, es que la joven no tenía cabeza.
-No tenés cabeza... -Volvió a hablar.
-Que observador. -Rió ella.
-¿Qué pasó con tu cabeza? -Preguntó.
-La perdí -Dijo ella, como si fuese lógico.
-¿Y no la extrañás?
-No... no la necesito.
Se hizo un silencio nuevamente, mientras él volvía a observarla.
-¿Qué es eso? -Dijo señalando lo que había bajo la muchacha.
-Un átomo.
-¿Te gustan los átomos?
-No, me gusta este átomo.
-¿Qué tiene de diferente al resto?
-Bueno, que este me gusta, y el resto no. -Dijo sonriendo.
Sintiendo que la conversación había finalizado allí él continuó flotando lentamente. Y, mientras se alejaba, volvió a escuchar la voz de la muchacha:
-¿Sabías que los átomos están hechos en su mayoría por vacío?
-¿Y? -Contesto él.
-Que todo está hecho de átomos... es decir, todo está hecho de vacío...
-Lograste hacerme sentir más vacío de lo que me sentía.
-Pero te lo dije para que te sientas lleno. Yo me siento llena. -Dice sonriendo.
-¿Llena? ¿Llena de que? -Grita el, casi ya sin verla a lo lejos. Y la respuesta nunca llega...
Meses más tarde, o años quizá, la voz de la niña llega desde algún lugar de el infinito espacio, y consigue la respuesta: "Llena de nada, que es muy distinto a estar vacío"