domingo, 29 de marzo de 2015

Capitulo 11: Del anciano y su planta.

-...No lo recuerdo, ya. Pero creeme, recordar el nombre es baladí, mientras se recuerde quien es uno -Dijo el anciano, sentado al borde de la roca-.

- Y, entonces ¿Recuerda quién es? -Pregunté-.

- No lo recuerdo, ya, pero creeme, recordar quién es uno, es en vano, si se recuerda qué hacía uno en antaño -Mencionó, como si tuviese la misma excusa para todo-.

- Pero, usted no recuerda quién era en antaño ¿Verdad? -Tratando de anticiparme-.

-¡Por supuesto que lo recuerdo, tonto! -Dijo ofendido, el viejo- De otra forma ¿Para qué estaría aquí?

-Tiene razón... -Le hice notar, aunque yo pensaba que nada de eso tenía sentido-.

 Me senté junto a él, al borde del risco, y guardé unos minutos de silencio. No quería molestar al anciano, que ahora parecía dormitar, así que ahogué algunas preguntas, pero luego de algunos minutos más retomé mi cuestionario:

- ¿Qué hay de la planta? -Dije, haciendo referencia a la planta que sus manos abrazaban con tibieza-.

- No sé. Ha estado allí desde que tengo memoria... recuerdo cuando era tan solo una semilla,que regué con mi sudor, entibié en mi pecho, y la extendí en mis brazos, para que viera la luz del sol... se convirtió en la razón de mi existencia, y olvidé todo... y ahora estoy vacío...

-Vacío... -Suspiré-.

-Pero... al verla -Dijo-... Al verla me siento más lleno que nada...

 Sin nada para decir, me levanté y lo dejé... allí... vacío, pero con las raíces llenas...